Cuando invertir parece buena idea… pero no estás preparado para hacerlo
Descubre si tú también estás ahí.
Este sábado tuve una de esas reuniones que terminan dejándote más reflexionando que celebrando.
Una pareja del Penedès se puso en contacto conmigo a través del formulario de la web de Hompers:
“Estamos valorando hacer una inversión inmobiliaria. Hemos pensado en la ciudad de Reus. Necesitaríamos asesoramiento completo: cómo está el mercado del alquiler, cuánto dinero mínimo haría falta, qué gastos hay que tener en cuenta…”
Hasta ahí, todo correcto.
Alguien que quiere invertir y que reconoce que necesita asesoramiento. Perfecto.
Quedamos aprovechando que yo iba a la zona del Penedès, por un cumpleaños, y concertamos la reunión allí.
Lo que parecía una consulta más, se convirtió en una radiografía clara de por qué muchas personas quieren invertir, pero no acaban de hacerlo.
Mirar pisos durante años… sin moverse un centímetro
Durante la conversación me explicó que llevaba años mirando pisos.
Reus, principalmente.
Pisos por 50 o 60 mil euros.
Algunos los había visto, otros no. Todos estaban en zonas que, si conoces la ciudad, sabes que no son precisamente las más recomendables para empezar una inversión si quieres dormir tranquilo.
Me habló de Carlos Galán, de sus vídeos, de cómo “esto del inmobiliario” parecía una buena forma de rentabilizar ahorros.
Hasta ahí, todo comprensible.
Hoy en día, hay muchísima información disponible. Y hay que formarse, por supuesto.
Pero esa es parte del problema: hay demasiada información.
Y poca claridad real.
Invertir no es mirar Idealista desde el sofá
En los primeros cinco minutos, ya se veía claro que no sabían bien por dónde empezar.
Querían invertir… pero no sabían cuánto necesitaban.
Querían asesoramiento… pero tampoco tenían claro si contratar a alguien.
Querían un piso… pero no habían vendido el suyo.
En resumen: querían muchas cosas, pero no tenían estructura ni compromiso claro.
Al hablar de números, ella me dice que no tiene dinero.
Pocos minutos después, me dice que algo sí tienen.
Luego, que depende.
Y al final, que no está segura de si invertir en este momento.
Contradicciones que no son raras en estas conversaciones.
Pero que, si no se resuelven, impiden avanzar.
La falsa ilusión del “piso barato”
Muchos compradores primerizos se quedan atrapados en la trampa de pensar que “por 50.000 € ya puedes invertir”.
Sí, puedes comprar. Oye, y sin dinero. Con cero euros.
Otra cosa es que sea real.
Y ese fue uno de los puntos más importantes de la conversación:
no todo lo que es barato es rentable.
Y no todo lo que está en venta merece ser comprado.
Le expliqué que un piso en un barrio marginal, por muy barato que parezca, puede darte más dolores de cabeza que alegrías.
Mala rotación de inquilinos, impagos, baja demanda real y, sobre todo, nula revalorización.
¿Qué hay detrás de tanta indecisión?
En realidad, el problema no era la falta de dinero.
Era la falta de visión.
Falta de claridad sobre lo que realmente querían conseguir con esa inversión.
Y una desconexión total entre lo que decían que buscaban… y lo que estaban haciendo.
También hablamos de una propiedad que tienen en venta.
Una casa bonita, con buena presencia, que lleva cinco meses publicada a través de una agencia… sin recibir ni una sola visita.
Le dije con toda honestidad:
—Está fuera de mercado. Si no hay visitas en cinco meses, no es mala suerte. Es precio, posicionamiento o ambos.
Le planteé que podíamos ayudarles con eso.
Que si de verdad querían invertir, el camino más lógico era vender bien esa casa, saldar la hipoteca y usar parte de lo que saquen para reinvertir con cabeza.
La idea les pareció bien… durante unos minutos.
Pero al poco rato, volvían a dudar.
No pasa nada por no estar preparado. Pero hay que reconocerlo.
Con todo esto, fui sincero con ellos.
Les dije que los veía muy verdes para contratar nuestros servicios.
Porque no se trata de contratar por contratar.
Mi trabajo es guiar a las personas que de verdad están listas para invertir.
Las que entienden que esto no va de encontrar una “ganga”.
Va de construir algo sólido.
Y eso empieza con decisiones claras, con compromiso, con saber qué se quiere y por qué se quiere.
¿Y si tú estás en ese punto?
Si llevas meses —o años— mirando pisos.
Si sigues atrapado en ese bucle de dudas:
▶ ¿Será buen momento?
▶ ¿Tendré suficiente dinero?
▶ ¿Y si espero un poco más?
Déjame decirte algo que quizás no quieras oír:
No necesitas más información.
Necesitas tomar una decisión.
Decidir si vas a moverte en serio.
O si vas a seguir acumulando vídeos de YouTube y pestañas de Idealista abiertas sin moverte un centímetro.
Y si decides avanzar, hazlo bien.
Con estrategia.
Con números reales.
Y con alguien a tu lado que sepa lo que hace.
Mi consejo si estás así: párate y ordena.
🟡 ¿Qué objetivo tienes con la inversión?
🟡 ¿Qué recursos tienes realmente disponibles?
🟡 ¿Qué riesgos estás dispuesto a asumir?
Y sobre todo:
🟡 ¿Qué estás dispuesto a hacer para lograrlo?
Porque si no estás preparado, no pasa nada.
Pero si lo estás… es momento de actuar.
Y si necesitas ayuda para dar ese paso con cabeza, aquí estoy.
No te prometo el piso perfecto en 3 clics.
Pero sí el acompañamiento que necesitas para hacer una inversión de verdad, de una vez por todas. No un experimento.